Tibios
Luna y sol se requieren en su
existencia,
¿para los hombres huecos? ¿hay clemencia?
se esconden pávidos tras el mezquino llanto,
aquellos solos que a la vera han quedado.
Aguardando vacíos la muerte deslucida,
jamás temblaron de pena, o de dicha,
no sembraron ni tampoco fueron risa,
cumpliendo normas atravesaron la vida.
Por temerosos nunca entregaron su alma,
despreciaron el calor por la sosa calma,
no hay pobre más pobre que aquel solitario,
que no sabe amar ni incluso ser amado.
Son tan indigentes estos seres tristes,
no mendigan, no claman, ni piden.
es tan cotidiano lo que aquellos dicen,
ni aman ni odian, no dan ni reciben.
Ellos quedan solos por su mundo oscuro,
silentes, ausentes con el pecho nulo,
los pobres desiertos sin ningún oasis,
grises desde su ánima faltos de matiz.
Con la piel helada vacía de vida,
los poros cerrados porque nunca vibran,
a pesar del sino de amar sin recaudo,
aunque fueron creados por Dios al amarlos.
Colaboración de Tati Lafuente de
Maidana
Argentina
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