Mi mirada puesta en ti
Era una tarde de lluvia, no era una cita, solo una invitacion espontánea...
un café, una breve charla
lo observé cada instante, cada palabra.
Su tez blanca, un poco pálida, con mirada somnolienta pero mágica de movimiento constante, una mirada que observa y a la vez se mantiene callada; manos suaves ya quisiera el terciopelo sentirse como su tacto. No se le nota mayor incomodidad mas que el humo del cigarro.
Tranquilo, pasivo, pero sin perder de vista su tiempo; un tanto discreto percibe todo. Imposible no ver el rasgo de su sonrisa, dulce arma que hipnotiza, dejando esteril cualquier pensamiento que pudiera pasar en ese momento por mi mente.
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