Vereda de los recuerdos
Ayer volví a la vereda donde juntos caminamos,
estaban las mismas piedras, los árboles y los prados,
y aunque pasaron los años, el lugar, nada ha cambiado.
Las flores me preguntaron, ¿Qué dónde te había dejado?
y que extrañaban no vernos, como siempre, de la mano.
El árbol donde grabé un corazón con tu nombre,
me regaló con su sombra y sus hojas me miraban
como si me preguntaran, ¿En dónde quedó tu amada?
¿Dónde está la hermosa niña? que alegraba con su risa
lo hermoso de la campiña y adornaba la mañana.
Nada supe contestarles, mi mano cubrió a mis ojos,
pues dos lágrimas rodaron humedeciéndome el rostro
y me inundaron el alma, llenándome de sollozos.
Caminé por la vereda recordando aquellos tiempos,
luego, me senté en la banca, donde
en las tardes serenas, te platicaba mis sueños.
Y pareciera mentira, pero te juro que es cierto,
porqué cuando miré al cielo,
sentí en mis labios… tu beso.
Me dije: No la he olvidado, porque he sentido su aliento
y aunque el tiempo haya pasado, ella aún me tiene en sus sueños,
y, yo la llevo en el alma, donde guardo los recuerdos
de aquella hermosa mañana, que por esta veredita,
abrazados junto a un árbol, me regaló con un beso.
Le pregunté a la vereda, ¿Qué haría yo, con tu recuerdo?
Y ella me dijo al oído, con suave brisa del viento:
¡Síguela amando por siempre!
y del recuerdo… Haz un verso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario