El puente y los candados del amor
Negra noche de viento frío y
humedad
Las calles cubiertas de sombras y oscuridad,
Danzan un viejo ritual
Hechiceras criaturas sin alma
Hechas de sombras, silencios y soledades
El viento gime su lamento como un aullido
En las fantasmales torres de los edificios
De la gran ciudad.
Parecen temblar por el frío hasta las estrellas
Desde la inmensidad contemplan al mendigo
Puede verse una tenue luz casi como un suspiro
A través de la pequeña ventana
Con remendadas cortinas de pálidos colores
Gastadas por el tiempo y los años de tanto luchar
Contra ardientes soles, interminables lluvias
Y tantos sinsabores.
Al lado de la ventana un viejo y arrumbado farol
En soledad prisionero de las sombras
Que se apagó un invierno cruel hace muchos años
Solo alumbra en verano por un par de luciérnagas
Que anidan en el cada año,
En cada primavera eterno nido y culto al amor
De un casal de hermoso ruiseñor.
El viento trajo hasta su vieja
puerta despintada
Cansada de esperar tiempos mejores
La hoja de un periódico con una noticia inesperada,
Sobresale en la primera página de la portada
Se retiran del “Puente de las artes en Francia”
Por orden de la alcaldía los “candados del amor”
Llora el río sena, sobre el agua un inusual temblor
Que inunda al viejo puente por la inmensa pena
Hasta la Torre Eiffel se estremece de dolor
Por tantos amores jurados,
Donde quedarán guardados
Esos juramentos sagrados
Se los llevará el viejo río
Corriente abajo para morir en el mar,
Sobre las barandas del viejo puente quedaron
Caricias, besos, abrazos, te quiero… te amo
Junto a las sombras de los corazones
Que amor eterno se juraron
Aferrados a las barandas como candados
Del viejo puente por “ellos mismos consagrado”.
Tristemente cabizbajo piensa el
mendigo
Otro sueño más que he perdido en mi vida
La realidad me recuerda que solo es una utopía
De las tantas quimeras que día a día
Se esfuman de mis manos,
Como tantas veces despierto soñaba contigo
Encontrarte un día junto al viejo “puente de los candados”
Y nuestros corazones fundidos
En un emocionado abrazo
Junto a las barandas del viejo puente
Nuestras manos entrelazadas
Lanzando al río las llaves de nuestro candado
Como tantas veces otra vez he despertado,
Siempre termino por la realidad golpeado.
Solo quedará en mi memoria un bello sueño
Como tantos sin poder cumplir
Vaya razón de mi existir
Coleccionista de sueños perdidos
Poeta de la noche, sombra que tiembla en el frío
Navega por las calles arrastrando viejas penas
Con su negro abrigo naufragando va el mendigo
Compañero de la soledad, confidente del silencio.
Bosteza la flama de una pálida vela
Sobre el viejo candelabro dormido,
Testigo de tantas noches de soledades
Jurado y crítico de sus poemas
Fiel confidente y amigo ante las adversidades.
Por la vieja y humilde ventana
Comienza a filtrarse la luz de la luna
Que en la pared refleja la silueta del mendigo
En su mano se dibuja la pluma
Junto a su sombra y se extiende reflejando
Como un imaginario puente
Entre el mendigo y los ojos de Adéle
Color otoño, cobre y miel
Tal vez la luna quiera decirle
NO en esta vida se cumplirán tus sueños
Pero algún día en otra vida o en el cielo quizás,
Busca entre las nubes y el viejo puente encontrarás
Y allí realidad tu sueño se volverá,
Una góndola llegará cobijando ese imposible amor
Por la cabecera del viejo puente ingresará
Vestida de otoño, con el sol en sus cabellos
Con todo su mágico y cálido esplendor
Aquella… aquella que tanto has soñado
Demasiado hermoso para ser realidad,
Soñadamente bello para una quimera
Muy hermoso para una utopía
Inimaginablemente ser tu dueño algún día
Simplemente el sueño eterno del mendigo
Llevará como una cruz el castigo
Sin poder amarla jamás
Tan solo en sus sueños y nada más
Quizás… más allá… en la ETERNIDAD.
Colaboración de Mario Anonimo
Uruguay
No hay comentarios.:
Publicar un comentario